Tan iguales que pudiera ser la misma persona en dos etapas de su vida, pero en este caso son madre e hija.
Dos retratos distintos de dos personalidades, dos edades, dos vidas... pero una mirada que parece única.
Carol
Precioso Roberto, que suerte tenemos de tenerte de fotógrafo de cabecera en cada sueño, evento y locura de nuestras vidas para inmortalizarlas. Mil gracias
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